sábado, 5 de mayo de 2007

Rodrigo Cisternas





En Arauco ha muerto Rodrigo Cisternas.

Condujo su ira sobre una tierra de sangre.

Montañas de desesperanza pesaban sobre su alma.

La mirada de su hijo no bastó para detenerlo.

Sus bosques eran montañas de aserrín.

Su verdad era la tristeza.

Decenas de balas le pidieron perdón.

Decenas de balas le hablaron de justicia,

de obreros, de libertad.

Ahora no hay vida en sus ojos.

No hay dulzura en nuestra alma.

Nos hay paz en nuestro pequeño azul.


Este jueves en Arauco, en el marco de una movilización de obreros forestales, los trabajadores emplearon sus maquinarias para hacer frente a la represión policial.

La ira de Rodrigo Cisternas, tuvo su contraparte en el descontrol de la policía que abrió fuego en su contra.

La noticia en la óptica del Diario "El Sur" de Concepción.

La visión de "Las Últimas Noticias"

2 comentarios:

May@ dijo...

ARAUCO TIENE UNA PENA

Arauco tiene una pena
que no la puedo callar,
son injusticias de siglos
que todos ven aplicar,
nadie le ha puesto remedio
pudiéndolo remediar.
Levántate, Huenchullán.

Un día llega de lejos
Huescufe conquistador,
buscando montañas de oro,
que el indio nunca buscó,
al indio le basta el oro
que le relumbra del sol.
Levántate, Curimón. .

Entonces corre la sangre,
no sabe el indio qué hacer,
le van a quitar su tierra,
la tiene que defender,
el indio se cae muerto,
y el afuerino de pie.
Levántate, Manquilef

Adónde se fue Lautaro
perdido en el cielo azul,
y el alma de Galvarino
se la llevó el viento Sur,
por eso pasan llorando
los cueros de su kultrún.
Levántate, pues, Callfull.

Del año mil cuatrocientos
que el indio afligido está,
a la sombra de su ruca
lo pueden ver lloriquear,
totora de cinco siglos
nunca se habrá de secar.
Levántate, Callupán.

Arauco tiene una pena
más negra que su chamal,
ya no son los españoles
los que les hacen llorar,
hoy son los propios chilenos
los que les quitan su pan.
Levántate, Pailahuán.

Ya rugen las votaciones,
se escuchan por no dejar,
pero el quejido del indio
¿por qué no se escuchará?
Aunque resuene en la tumba
la voz de Caupolicán,
levántate, Huenchullán.

Vestal dijo...

100 años y siguen matando obreros